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¿Situaciones de aprendizaje o experiencias?

Foto del escritor: juanjovergarajuanjovergara

La nueva ley educativa (LOMLOE) parece apostar por el aprendizaje competencial. Bienvenido sea aun con cincuenta años de retraso. Sin duda, es mejor que el modelo previo que anclaba el aprendizaje en modelos casi-conductuales de descriptores de logro asociados a procesos de pensamiento centrados en la memoria o el entrenamiento de procesos básicos y estáticos.


No es que la memoria me parezca desdeñable como herramienta de aprendizaje. Sin duda es absolutamente necesaria. El asunto es ¿para qué queremos desarrollar la memoria: para reproducir contenidos o para utilizarlos en contextos reales?


Utilizar los contenidos como piezas que se contextualizan en la realidad de las personas que aprenden es una excelente apuesta. Invitar a que esto genere un proceso mental que invita al aprendiz a comprender mejor su realidad y decidir acciones comprometidas para utilizar estos aprendizajes es -desde hace décadas- algo que se llevan reclamando en educación. Algo -por cierto- que llevan haciendo desde la práctica diaria -en las aulas- decenas de docentes que saben mirar su labor centrada en las necesidades de su alumnado, el mundo que habita y su propia manera de entender el desarrollo humano que les compromete como docentes.


La nueva ley parece que invita a diseñar “situaciones de aprendizaje”, algo que ha alarmado a decenas de docentes que no saben por dónde abordar esto. Más tiempo para su aplicación, condiciones de organización escolar y formación docente son las banderas que esgrimen quienes piden un cambio más pausado. No les puedo contradecir. La formación docente, las condiciones organizativas de los centros y la progresividad en los cambios parecen argumentos sensatos. Tristemente nos encontramos con una historia, en la legislación educativa española, caracterizada por el cambio metodológico a suerte de década.


Algunas personas han decidido esperar tranquilamente para ver cómo resultan las próximas elecciones nacionales antes de cambiar sus programaciones didácticas. Piensan que un cambio ideológico en el gobierno supondrá un cambio en la legislación educativa. Algo más rápido que la necesaria mesura en el trabajo de hormiguita que realizan en sus clases. No les falta razón.


Sin embargo, la cuestión no es esta. Nuestro alumnado vive un mundo cambiante, competitivo, con emergencias objetivas -climáticas, de desigualdad, pobreza, etc.- y las necesidades educativas que presentan deben permitirles habitarlo y hacerlo mejor.


Cuando digo “hacerlo mejor” no solo hablo de una posición política de cambio. Pienso en sus trabajos concretos, sus vidas diarias, la forma en que se relacionan con los otros, su manera de vivir, de pensar…. En definitiva; de construir sus vidas.


Este es el meollo de la cuestión de la “situaciones de aprendizaje”. Una situación de aprendizaje -a mí me hubiera gustado más escuchar el término “experiencia de aprendizaje” pero para ello aún queda camino a recorrer-, es un esfuerzo por contextualizar los contenidos que el alumnado debe aprender y situarlos en sus propias vidas. Tan sencillo como esto.


Es cierto que muchos docentes no están acostumbrados a pensar que los contenidos que tratan en sus materias pueden ser útiles para su alumnado día a día. Para ellos es complicado plantear situaciones de aprendizaje que obliguen al alumnado a empelarlos para entender mejor su realidad y mejorarla. Sin embargo, es lo único -quizá- que puede ser de utilidad en el aprendizaje del momento que vivimos.


No estamos en el inicio del siglo veintiuno. Estamos a punto de llegar a su primer tercio. La virtualidad no es otra realidad, es -simplemente- parte de la que habitamos. Nuestro planeta no se enfrenta al cambio climático, exige decisiones globales y personales comprometidas con algo que vemos cada día en las previsiones meteorológicas. Las diferencias socioeconómicas entre las personas son cada vez mayores, la necesidad de movilidad y relación entre las personas exige el desarrollo de habilidades nuevas de socialización, comunicación y colaboración. Lo que necesitará saber nuestro alumnado dentro de un par de décadas aún no puede ser conocido.


Una situación de aprendizaje no es otra cosa que invitar a los docentes a que reflexionen sobre los contenidos que imparten y se pregunten:


· ¿Dónde puede ver estos contenidos -mi alumnado- en sus vidas diarias?

· ¿Cómo pueden ayudar a que comprendan mejor su realidad?

· ¿Esto para qué les sirve en el plano práctico?

· ¿Cómo puedo plantear una situación que les obligue a utilizarlos en la práctica?

· ¿Qué deciden hacer con este aprendizaje?


En definitiva, plantear una situación de aprendizaje no es otra cosa que preguntarse ¿para qué sirve a mi alumnado -en concreto- lo que enseño? ¿Puedo plantear un escenario en el que tengan que utilizarlo en la práctica para resolver un problema, enfrentar un reto, decidir una acción o comprometerse con una forma de comprender y vivir la realidad?


La elaboración de las situaciones de aprendizaje debería ser sencilla -que no simple-. Tan solo construir el aprendizaje por el sentido común. Un reto abierto que contextualiza los contenidos a tratar en las vidas reales de las personas que aprenden y les invita -y acompaña- a hacer algo real con ese aprendizaje.


La práctica de su diseño invita a compartir espacios de diálogo con otras materias, docentes, personas externas e internas al centro educativo y abrir el aprendizaje al entorno. Algo que es urgente en una estructura educativa que aún se encierra en las aulas y en las escuelas. Quizá será este el primer camino para crear situaciones de aprendizaje. Salir del aula y compartir vidas. Esto no es muy innovador. Ya lo dijo Rousseau “La mejor escuela, la sombra de un árbol




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7 Comments


Sonia Morales
Sonia Morales
May 09, 2023

Cuando involucramos el aprendizaje en la vida diaria del alumno puede encontrarle el sentido del por que debe aprender ciertos contenido que muchas veces piensan que no les servirá para nada., la tecnología juega un papel importante en la actualidad puede informar o desinformar. los diferentes contextos nos hacen mas difícil o fácil el poder utilizar sus recursos. también estoy de acuerdo con el comentario donde nos pregunta ¿en que nos estamos capacitando? las capacitaciones deberían ser para todos y relacionado con lo que se nos exige.

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crecienteluna79
Dec 01, 2022

A la hora del recreo, en la tienda escolar venden refresco "coca-cola" a cualquier niñ@ que pueda pagarla; así como infinidad de productos que contienen glutamato monosódico (sabritas por ejemplo); en los festejos seguimos utilizando recipientes deshechables (unicel) generando grandes cantidades de basura; " Cuando se burlan de mí dos niñas dicen que no sirvo para nada, y que sólo soy un diminuto burro” (vivencia de niñ@ autista); "E" ha sido retirado de la escuela (está en atención psicológica; pero ahora requiere medicamento-y su papá ha elegido pagar a un abogado y testigos falsos antes que dar pensión alimenticia al niño y a su antes esposa-) la última escuela a la que asistió también lo ha retirado de manera definiti…

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Hugo López Ortega
Hugo López Ortega
Oct 19, 2022

Es de todos sabido que el conocimiento y la información se ha incrementado de manera exponencial, por lo que las situaciones de la vida diaria también se han diversificado y crecido y resulta necesario preparar a nuestros alumnos para dar las mejores respuestas y que estas sean pertinentes. Esta dinámica social invita a preparar alumnos con una gran apertura al diálogo, con capacidad para ver y analizar una situación bajo diferentes enfoques, pero sobre todo con sensibilidad humana.

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Hugo López Ortega
Hugo López Ortega
Oct 19, 2022

El maestro constantemente se encuentra participando en procesos de formación, la pregunta es ¿en qué se capacita continuamente?, es claro que los procesos de formación continua tienen un costo, invertirle de su bolsa representaría un gasto muy importante en su economía personal o familiar. Por tanto, el docente accede a aquellos procesos de formación continua que no tienen costo y nuevamente surge la pregunta ¿quién financia o paga esos procesos?.

Pues sin lugar a duda es la autoridad educativa, desafortunadamente la evaluación de estos procesos se dan en el momento y bajo un enfoque para satisfacer a la audiencia, más no pensando en ver sus alcances, impacto y llevando a cabo un seguimiento que permita hacer ajustes, cambiar o bi…

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nelyminor
Oct 18, 2022

El cambio no se da de un día para otro, se debe concientizar y capacitar al personal docente, pocos son los que se capacitan para dar un mejor servicio, en su mayoría están capacitándose para ganar más, dejando a un lado la capacidad de servir y hacer un mundo mejor

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© Juanjo Vergara.

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